“La moda y el arte, la historia no contada”
¿Alguna vez te has puesto una prenda y has sentido que llevabas una obra de arte sobre la piel? La
moda y el arte son cómplices desde hace siglos, escribiendo su propia historia donde los diseñadores se
inspiran en pinturas, esculturas e incluso en el caos controlado de las vanguardias. Este artículo
aterrizará estas ideas con ejemplos claros, además, cuenta un poco esa historia de cómo la moda y el
arte se han mezclado, convirtiendo los lienzos en tejidos y paletas de colores en colecciones icónicas,
demostrando que, en realidad, “vestir es una forma de expresar, tal como lo hace el arte”.
La moda y el arte, un romance histórico.

En los años 60, Yves Saint Laurent revolucionó el mundo de la moda con su vestido Mondrian, un
homenaje a los trazos geométricos y los bloques de color primario del pintor neerlandés Piet Mondrian.
La prenda, minimalista y audaz, no solo capturó la esencia del movimiento De Stijl, sino que convirtió un
cuadro en algo portátil. Laurent demostró que la moda podía ser una galería ambulante.
Pero la inspiración y creación no se detiene ahí. Nada más y nada menos que Elsa Schiaparelli, pionera
del surrealismo en la moda, colaboró con el gran Salvador Dalí en los años 30 para crear piezas como el
vestido Langosta, donde un crustáceo gigante adornaba un elegante traje de noche. Esto, efectivamente,
era un forma de hacer moda y desafiar lo convencional, tal cual el arte surrealista reta la realidad.

Un poco más para acá, avanzamos al siglo XXI, donde la frontera entre el street art y la moda se
difumina. Marcas como Louis Vuitton han colaborado con artistas como Jeff Koons, imprimiendo
réplicas de obras maestras como la Gioconda en bolsos de lujo. Incluso, te cuento que el enigmático
Banksy ha dejado su huella cuando hablamos de la mezcla entre la moda y el arte. Su arte urbano,
cargado de ironía, ha inspirado estampados en prendas como: chaquetas y camisetas que convierten al
portador en un lienzo de mensajes y protestas.
En la contemporaneidad, algunos diseñadores no se conforman con inspirarse en cuadros y obras de
artistas en particular, pues muchos transforman los desfiles en experiencias inmersivas. Por ejemplo,
Alexander McQueen, elevó sus shows a obras de teatro oscuras y poéticas, como su colección Otoño-invierno 2006, donde un vestido de plumas se movía al ritmo de robots industriales, evocando la tensión entre naturaleza y tecnología.
Por su parte, Iris Van Herpen fusiona escultura y moda con vestidos impresos en 3D que parecen
sacados de un cuadro surrealista o de una instalación de Olafur Eliasson. Sus creaciones son prueba de
que la moda y el arte pueden darse vida mutuamente. ¿No te parece esto algo fascinante? Te propongo
conocer estos ejemplos que ilustran la fusión histórica de la moda y el arte.
Los impactantes colores del expresionismo.
Uno de los estilos de moda que ha cobrado fuerza es el expresionismo, una corriente artística que
destaca por sus colores vibrantes y emociones crudas. Diseñadores como Marc Jacobs han incorporado
estas paletas explosivas en sus colecciones, utilizando colores que evocan la intensidad del pincel de
Edvard Munch o Wassily Kandinsky.
Minimalismo y el Arte moderno.
Pasemos ahora al minimalismo, una tendencia que ha marcado su huella en la moda internacional y que
se inspira en el arte moderno. La simplicidad y la funcionalidad se encuentran en las obras de artistas
como Donald Judd y Ellsworth Kelly. Las colecciones de diseñadores como Jil Sander y Roksanda se
caracterizan por líneas limpias y formas geométricas que marcan este estilo con pura elegancia.
El Renacimiento y el glamour Barroco.
No debemos olvidar esto, el renacimiento y el estilo barroco nunca pasan de moda. Este enfoque
dramático y opulento se refleja en la moda contemporánea. Figuras como Gucci, han adoptado
elementos barrocos en sus colecciones, llenándolas de detalles extravagantes y ricos bordados que nos
transportan a épocas pasadas.
El Arte callejero, un estilo urbano y rebelde.
La influencia del arte callejero en la moda contemporánea ha sido tendencia. Artistas como Keith Haring
han dejado su huella en las pasarelas, y marcas como Supreme han hecho del graffiti su sello distintivo.
Mientras, diseñadores como Virgil Abloh de la marca Off-White incorporan esta estética y mensajes
críticos de Barbara Kruger en sus colecciones, usando tipografías impactantes y frases que gritan
rebeldía. Este estilo urbano es perfecto para aquellos que buscan destacar entre la multitud.

¿Por qué esta fusión nos atrapa?
La respuesta es simple: el arte emociona, y la moda nos permite vivir esa emoción. Llevar una prenda
inspirada en Frida Kahlo (como hizo la marca Carolina Herrera con sus estampados florales y corsés
coloridos) no es solo un acto estético; es un tributo a la resiliencia y la pasión. Además, en un mundo
donde la personalidad es clave, vestir arte nos hace únicos. ¿Qué mejor forma de destacar que con un
abrigo que parece salido de un cuadro de Kandinsky o un bolso que rinde homenaje a Van Gogh? Me
resulta algo tan valioso.

La moda seguirá bebiendo del arte porque ambos comparten un mismo ADN: la necesidad de contar
historias. La próxima vez que veas una chaqueta con estampado abstracto o un vestido que parece una
acuarela, recuerda: no solo es tela, es la moda y el arte en movimiento. Si te interesa conocer un poco
más sobre esta fusión te invito a que descubras la marca MAI MAI, madre de artistas y creadores, un
proyecto emergente que da vida a la creación nobel y contemporánea. Gracias por leernos y llegar hasta
aquí, hasta la próxima.
